A través del amigo Joaquim Oller, conocí al Picapedrero Emili Ribes. Desde el primer momento vi que había muy buena sintonía con él, cosa muy importante cuando se trata de emprender colaboraciones artísticas. En el espacio de Sant Quirze del Vallès donde él trabajaba, empezamos a concebir unas esculturas de pequeño y mediano formato. Partiendo de geometrías esenciales (círculos, triángulos, rectángulos, trapecios...) trasladamos a la piedra, las configuraciones primigenias que desde hace años trabajo sobre tela y tablero. Salieron de aquella gratificante experiencia una serie de esculturas, en general tituladas "ròdols amb conformacions", que a la cabeza de un tiempo el galerista Marco Rocín de Milà expuso en su prestigiosa galería de la ciudad situada a Corso, Venecia. Aquellas piedras caóticamente amontonadas bajo el porche del taller de Emili, una vez seleccionadas y convenientemente trabajadas, pasaban a las vitrinas de una de las zonas más elegantes de la ciudad de Milà. Tanto mi pintura, como la escultura, la cerámica y el tapiz, reciben la inspiración de la lectura de la biblia. Las formas son una especie de Oda plástica a la belleza de la creación, partiendo de la base de qué por el pintor, no ha sido esta creación el producto de una casualidad cósmica sino que ha nacido del querer indiscutible de un Dios creador único y eterno.

Tengo que decir que poder trabajar con Emili es de lo más gratificante. Indudablemente está claro, es de aquellos hombres que traen el oficio dentro de su ADN. Pronto empezaremos a trabajar una gran escultura con piedra Tarn (Francia) que promete ser todo un reto. La obra se instalará dentro de los sugerentes jardines de una villa de la ciudad de Mantova (Italia).

Sergi Barnils